domingo, 20 de marzo de 2011

Conquista militar

Tras la caída de México-Tenochtitlán (13 de agosto de 1521), los españoles reiniciaron su proceso de exploración y conquista el cual se extendería con Cortes hacia la mar del sur y Oaxaca, así como rumbo a las Hibueras. A fines de la primera mitad del siglo XVI, los españoles iniciaron la explotación y conquista de tierra chichimeca. Durante el Siglo XVI, los españoles acabaron extendiendo su control e influencia sobre gran parte de Mesoamérica (Michoacán, Oaxaca, Jalisco, Golfo y parte de la zona Maya- Soconusco y Mérida-), lo único que amenazo la expansión española fue la guerra que los chichimecas desarrollaron, que estuvo a punto de destruir el mundo español.


A mediados del siglo XVII los españoles consumaron la conquista del último señorío maya independiente, un siglo después (siglo XVIII) extenderían o ampliarían su influencia sobre las regiones más alejadas del septentrión novohispano (Guadiana, Nuevo México, Texas, Sonora, Baja y Alta California. Bajo el apoyo real de Carlos III y del virrey novohispano Conde de Branciforte los españoles realizaron la última etapa de expansión hacia el norte, lo cual incluyo la fundación del pueblo de Nuestra Señor de los Ángeles, culminando con el establecimiento del presidio de San Francisco Solano en la Alta California (1823). La conquista del Imperio Mexica y la dominación militar de los pueblos indígenas de México. La colonización española se inicio en las islas de las Antillas, en donde, gracias a la superioridad técnica y organizativa de los españoles, los indígenas pronto fueron exterminados. Desde Cuba, el gobernador Diego de Velázquez, inicio el descubrimiento y la conquista del territorio mexicano. Después de las expediciones de exploración de Francisco Hernández de Córdoba y de Juan de Grijalva, se organizo otra al mando de Hernán Cortes.

La expedición partió el 18 de febrero de 1519. Cortes llevaba 11 embarcaciones, 10 oficiales, 550 soldados, 200indigenas caribeños, 16 caballos y 14 cañones. Llegaron a Cozumel. Aquí se incorporo como interprete Jerónimo de Aguilar, quien había sido tomado prisionero en la primera expedición a tierras mexicanas. La expedición bordeo la península de Yucatán y se dirigió a las costas de Tabasco, en donde Cortes recibió como regalo 20 doncellas, entre las que se encontraban Malintzin (la Malinche), una princesa de un reino de Veracruz que había sido conquistado por los mexicas, a quien Cortes bautizo con el nombre de dona Marina. Dona Marina traducía del náhuatl al maya, y Jerónimo de Aguilar del maya al castellano, pero pronto Malintzin aprendió el castellano, por lo que se convirtió en la compañera inseparable de Cortes.


En Veracruz, Cortes fundo la Villa Rica de la Vera Cruz, el primer Ayuntamiento español en tierras mexicanas.
Cortes no tenía autoridad para conquistar el territorio explorado, pues. El gobernador de Cuba, Diego de Velázquez, lo había enviado en una expedición de exploración. Sin embargo, el nuevo Ayuntamiento le otorgo los títulos de Gobernador y Capitán General. Ignorando a Diego de Velázquez, Cortes envió la primera Carta de Relación al rey de España, Carlos I, en donde le pedía autorización para conquistar el territorio mexicano.


Muchos de sus capitanes y soldados se negaban a seguirlo, pues temían que los guerreros mexicas acabaran con ellos. Cortes entonces desmantelo y hundió sus navíos para que nadie pudiera regresar. A través de las historias que le contaban los indígenas, Cortes se dio cuenta de la rivalidad que existía entre los pueblos del Imperio Mexica, y decidió aprovecharlas en su empresa de conquista. Llevo a cabo una primera alianza con el pueblo de Cempoala en Veracruz, y se interno en el territorio mexicano. De ahí se dirigió a Tlaxcala. Después de una sangrienta batalla en la que los españoles derrotaron a los tlaxcaltecas, esos se unieron a Cortes para luchar en contra de los mexicas, sus eternos enemigos.


Al pasar por Cholula, Cortes supo que le habían tendido una emboscada. El conquistador organizo entonces una gran matanza de caciques y reyes para demostrarles su poderío. Moctezuma, el señor mexica o tlatoani, se había enterado de la llegada de los extraños, y había enviado obsequios a Cortes, rogándole que se retirara de sus dominios. Estos regalos solo acrecentaron el interés del conquistador, quien ansiaba poder y riquezas. Terribles presagios atormentaban a Moctezuma. Se decía que el Quinto Sol llegaría a su fin durante su reinado, y que el dios tolteca Quetzalcóatl, al que describían como un hombre blanco y barbado, regresaría a recuperar su reino.


Con estos pensamientos, Moctezuma recibió a Cortes como Huésped en uno de sus hermosos palacios. Pero como los españoles tenía miedo de que los mexicas los atacaron, Cortes obligo al emperador mexica a permanecer en el palacio en calidad de rehén. Estando en la ciudad de Tenochtitlán, Cortes recibió la noticia de que Diego de Velázquez había enviado a Pánfilo de Narváez para tomarlo prisionero y llevarlo de regreso a Cuba. Decidió salir a combatirlos dejando la ciudad al mando de Pedro de Alvarado. Durante su ausencia, se cerebro una ceremonia festiva en Tenochtitlán. Pedro de Alvarado se sintió atemorizado por las danzas, los trajes y los sacrificios, creyó que los danzantes se preparaban para atacarlos y decidió sorprenderlos organizando una matanza. Los mexicas se levantaron contra Moctezuma y rodearon la residencia de los españoles.

Mientras tanto, con el oro mexica, Cortes soborno a los soldados españoles que venían a detenerlo y logro que se le unieran, derrotando a Pánfilo de Narváez. Cuando Cortes regreso con un gran ejercito a la ciudad de Tenochtitlán, los mexicas les permitieron la entrada e inmediatamente sitiaron la ciudad. Moctezuma trato de abogar por los españoles ante su pueblo, pero fue apedreado y murió. Cortes decidió escapar de la ciudad la noche del 30 de junio de 1520. En la batalla murieron la mayoría de sus soldados. El conquistador lloro bajo un árbol en el pueblo de Tacaba en un episodio que se conoce como “la noche triste”.


Los españoles se refugiaron con sus aliados los tlaxcaltecas. Desde ahí planeo Cortes la conquista de Tenochtitlán. Construyo 13 bergantines y sitio la ciudad por agua y por tierra. El nuevo señor mexica, Cuitláhuac, murió de viruela, una enfermedad que había llegado de Europa junto con los españoles. Le siguió en el mando Cuauhtémoc. Los mexicas defendieron heroicamente su ciudad, pero estaban muy débiles a causa de la falta de agua y alimentos, y de una terrible epidemia de viruela. El 13 de agosto de 1521 la ciudad de Tenochtitlán cayó en manos de los españoles. Casi todos los señoríos que estaban sujetos al Imperio Mexica aceptaron pacíficamente la dominación española. Durante el siguiente siglo, los españoles fueron sometiendo poco a poco a los demás grupos mesoamericanos y extendieron su dominio hasta Aridoamerica.

La caída de México- Tenochtitlán.

La captura de Cuauhtémoc ocurrió el 13 de agosto de 1521. Con ello prácticamente quedo concluida la época prehispánica. Los españoles aun tendrían que luchar con varios pueblos, pero un hecho quedaba en la historia. El pueblo más poderoso que se había enfrentado a ellos fuera de España había dejado de existir, pues México- Tenochtitlán ahora estaba convertida en escombros, llena de cadáveres y en medio de un ambiente irrespirable.

           Esta situación obligo a Cortes a establecer su residencia en Coyoacán, y ahí concentro a sus capitanes, a Cuauhtémoc y a su familia. Ese 13 de agosto de 1521, culmino el sitio de noventa y tres días, de sangrientas batallas entre los mexicas y sus adversarios españoles y sus aliados. Según las crónicas, ese día se desato una tormenta en medio de gran estruendo y truenos sobre ese escenario de ruinas y de muertos. Los pueblos aliados a Cortes, Tlaxcala, Texcoco, Cempoala y otros reciben el ofrecimiento de ser favorecidos con tierras y vasallos como muestra de gratitud. Pero mientras esto sucedía, retornaron a sus lugares de origen con el botín adquirido a costa de los mexicas. Los españoles que habían arriesgado sus vidas en la guerra contra México- Tenochtitlán, consideraron muy pobre su ganancia y empezaron a intrigar contra Cortes y Cuauhtémoc, acusándoles de haber ocultado el tesoro de México. Fue así como los oficiales de la Real Hacienda ordenaron que se le aplicara tormento a Cuauhtémoc y a Tetlepanquetzal, señor Cortes regreso a México con muchos títulos, pero ya sin poder, pues este había sido asumido por el virrey Mendoza en 1535.

Noche triste o victoria mexica.


Y así, la noche del 10 de julio de 1520, la mal llamada Noche Triste, Cortes, sus capitanes, 300 aliados tlaxcaltecas y prisioneros mexicas dejaban la ciudad, y con ellos parte del tesoro de México. Varios incidentes memorables se produjeron en estos momentos, un puente que habían construido los españoles cayó ante su peso, el de sus caballos y del tesoro. En ese lugar varios españoles murieron ahogados. En las cercanías de Tlacopan, Cortes se lamenta de su derrota a manos de los mexicas que hasta ese lugar continuaban persiguiéndolos. Los españoles se encaminaron a Tlaxcala, y en Otumba, los mexicas volvieron a atacarlos, en el ataque murieron muchos mexicas, pero también españoles y tlaxcaltecas.
En Tepeaca habían muerto algunos españoles, y Cortes en venganza ataco a sus pobladores y los venció, y a los prisioneros los herró como si fueran bestias. Este hecho habría de ser repetido por los europeos en señal de poderío y de propiedad sobre muchos pueblos.

         Uno de los españoles que llego con Narváez era portador de la viruela, lo que desato una peste que se convirtió en otro azote contra los pueblos mesoamericanos; una de las víctimas de este mal fue Cuitláhuac, quien había sustituido al infortunado Moctezuma II y había encabezado a su pueblo contra los invasores. Al morir este, Cuauhtémoc se convirtió en el nuevo tlatoani, o señor de México; el hijo de Ahuizotl ahora encabezaba a su pueblo en una heroica defensa de este y de su ciudad.

Cortes planea la conquista de México-Tenochtitlán

El nuevo señor de México dispuso que numerosos escuadrones de sus guerreros impidieran que los españoles entraran a los territorios dominados por los mexicas para de esta manera evitar que se aliaran con sus enemigos. Cortes por su parte orden la construcción de trece navíos llamados bergantines para poder realizar recorridos por las aguas del lago de Texcoco y de esta manera atacar y facilitar la caída de México. Transcurrida la Navidad de 1520, Cortes abandono Tlaxcala y se encamino con rumbo a México. Al llegar a Texcoco recibió ayuda, ya que los antiguos aliados de los mexicas ahora eran sus enemigos, y le facilitaron la construcción de los navíos que muy pronto surcarían las aguas del lago de Texcoco.
Cortes mientras tanto recorría las poblaciones de la ribera del lago.

Como parte de su estrategia, Cortes estableció alianzas con los pueblos de Mixquic, Tlalmanalco, Coatlinchan y otros. Y al mismo tiempo emprendía campanas contra Xaltocan, Tenayuca, Tlacopan y Azcapotzalco para impedir que México recibiera ayuda del exterior. A pesar de todas sus penurias, los mexicas presentaban bravía resistencia contra sus adversarios y el mismo Cortes corrió el peligro de ser capturado. En el campo de los españoles había intrigas contra su jefe; individuos llegados con Narváez planearon darle muerte, pero fracasaron y como castigo fueron ahorcados.


En mayo de 1521 fue destruido el acueducto de Chapultepec que proveía a la ciudad de agua con el fin de privarlos del vital líquido. Y además los trece bergantines empezaban a atacar las canoas y a la misma ciudad de México, que empezó a ser destruida. Cortes enviaba mensajes de paz a los mexicas para evitar que su ciudad fuera arrasada totalmente. Cuauhtémoc y sus capitanes querían la paz, pero se daban cuenta de que sus males habían empezado con la llegada de los españoles. Moctezuma II y sus hijos habían muerto, y lo mismo había sucedido con los señores de Texcoco e Iztapalapa y con Cuitláhuac. Y además los pueblos vencidos eran convertidos en esclavos y marcados como animales. Así que concluían que Malintzin, o Cortes, no era de fiar, por lo que preferían morir y ver arrastrada su ciudad en vez de ser sometidos a tormento y convertidos en esclavos.

Fue por ello que Cuauhtémoc y los señores de México decidieron no hablar más de paz y luchar día y noche hasta morir si eran derrotados. Los mexicas con más bravura combatían a los enemigos, pues sus dioses les habían prometido la victoria. Pero solos, pues ya no contaban con aliados, como los matlatzincas o los de Malinalco, que ya habían sido vencidos. Al final de la lucha, la ciudad de México estaba materialmente destruida y sus moradores se refugiaron en Tlatelolco en donde fueron atacados por los españoles. El señor de México y los principales se lanzaron en sus piraguas a las aguas del lago para salvarse, pero sus guerreros continuaban resistiendo. Cortes envía promesas de paz. Pero no son atendidas por Cuauhtémoc que se rehusaba a entrevistarse con el por temor de ser asesinado.

          Los mexicas arrinconados en Tlatelolco seguían luchando y Gonzalo de Sandoval es enviado a atacar el lugar en que se refugiaba el señor de México, a quien captura con ayuda de García Olguín cuando trataba de huir en piragua por el lago.

     El héroe mexica pidió ser llevado ante Cortes, y una vez frente a el le dijo…”señor, ya he hecho lo que soy obligado en defensa de mi ciudad, y no puedo más, y vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder. Toma ese puñal que tienes en la cinta y mátame luego con el…” Cortes, por boca de la Malinche y de Jerónimo de Aguilar le contesto que por haber sido tan valiente y velar por su ciudad, le tenia en mucho mas su persona, y que no era digno de culpa ninguna, y que antes le he de tener a bien que a mal, y que lo que el quisiera era que, cuando iban de vencida, antes que mas destruyeran aquella ciudad, ni hubiera tantos muertos de los mexicas, que viniera de paz y de su voluntad, y que ya es pasado lo uno y lo otro, que ya no hay remedio, ni enmienda de ello, y que descanse su corazón y el de todos sus capitanes, y el mandara a México y a sus provincias como antes.

Marcha a México- Tenochtitlan.

 Marcha a México - Tenochtitlán

Mientras tanto, Cortes continuaba luchando contra los amigos del gobernador de Cuba, y para impedir que lo traicionaran o huyeran, en agosto de 1519 ordeno que se destruyeran sus navíos y al mismo tiempo se dispuso a emprender su marcha hacia México- Tenochtitlán. Abandonó Cempoala en dirección a Tlaxcala, nación enemiga de los mexicas. En Tlaxcala fue recibido con hostilidad. Los tlaxcaltecas atacaron a los españoles, pero fueron vencidos después de una brava y sangrienta batalla, así que los señores de Tlaxcala dispusieron no seguir luchando y concretar la paz. No así el joven Xicoténcatl, quien quería acabar con todos los invasores. La resistencia de los tlaxcaltecas tuvo su origen en que estos serian agredidos por cempoaltecas y españoles, y así lo expresaron ante Cortes, pero finalmente le serian de gran utilidad, pues gracias a su apoyo conseguiría la derrota de México-Tenochtitlán.

Entrada de Cortés a Tlaxcala

Cuando el señor de México tuvo noticia de la victoria de Cortés sobre los tlaxcaltecas envió nuevos regalos, al mismo tiempo que suplicaba que no entrara en México, pues los caminos eran muy peligrosos. Pero el conquistador continuó su marcha hacia México hasta entrar en Cholula, a pesar de la oposición de sus pobladores a que los tlaxcaltecas, que eran sus enemigos, estuvieran presentes.

Cortes se entero de que Cholula era aliada de México y que en tres días seria atacado, y todos los españoles morirían, así que se previno disponiendo que sacerdotes y guerreros de Cholula se concentraran en la gran plaza y una vez hecho esto, ordeno, el ataque en el que murieron muchos guerreros y sacerdotes de Cholula; a este suceso se le ha denominado “La matanza de Cholula”, que culmina con la rendición de los Cholutecas.
Matanza de Cholula 

Los hispanos y sus aliados cruzara entre los volcanes, el Popocatepetl e Iztaccihuatl, hasta entrar en Amecameca, Tlalmanalco e Iztapalapa, y desde esa población enfilaron por su calzada para finalmente entrar al centro de México- Tenochtitlán. El señor de México ordenó a los caciques que recibieran a sus huéspedes, quienes habían quedado deslumbrados por lo que observaban. La grandeza de la ciudad de México-Tenochtitlán, limpia, ordenada y bella.
 Cuauhtémoc, señor de méxico

Muy cerca del Templo Mayor, Moctezuma II recibía a Cortes el 8 de noviembre de 1519. Este y sus capitanes fueron alojados en el palacio de Axayacatl. El general español en su discurso expresó que el había sido recibido como teul (dios), pues había llegado por donde sale el sol y que era vasallo de un gran señor, el emperador Carlos V, que les pedía a sus vasallos que se hicieran cristianos para que salvaran sus almas. En respuesta, Moctezuma II le entrego valiosos regalos, pero replicando, que ellos creían en sus dioses desde su creación, que sus dioses eran buenos pues les daban vida y alimentos, y le advierte a Cortes que no los toque ni hable mal de ellos. Esta fue la respuesta del señor de México a las pretensiones de aquel, pues le había expresado su deseo de colocar una cruz y una imagen de la virgen en el Templo Mayor.
Al tiempo que los hispanos hacían su entrada a México, los mexicas daban muerte a Juan de Escalante y a otros españoles que se habían quedado en la Villa Rica de la Vera Cruz.
Moctezuma recibiendo a Cortés

Cortes planeaba capturar a Moctezuma II para evitar que incitara a su pueblo y así poder acabar con el y sus aliados. Acto continuo, se presento ante Moctezuma y le reconvino por la muerte de los suyos, diciéndole que había traicionado su amistad al ordenar  su muerte, y que en Cholula los españoles habían dispuesto matarlo, así que le pidió que se alojara con el en sus aposentos, en donde seria servido como si estuviera en su casa, afirmando que no quería hacer la guerra ni destruir su ciudad, pero que si el alborotaba a sus capitanes le darían muerte. De esta manera el monarca mexica se convirtió en prisionero de Cortes. Moctezuma pretendió resistir, pero nuevas amenazas de muerte lo obligaron a someterse. Sin embargo, para no inquietar a su pueblo anuncio que estaba de visita con los españoles y que no era su prisionero, y continúo atendiendo los asuntos del Estado. Cortes, para afrentarlo aun mas, ordeno colocarle grilletes.

A pesar del sigilo entre Cortes y Moctezuma acerca de la condición de este último, círculo la noticia de que lo habían tomado prisionero y un gran temor se dejo sentir hacia los españoles. Por otra parte Moctezuma enviaba mensajes a los señores, aliados suyos, para que entregaran tributo al rey de España, argumentando que Huitzilopochtli lo había ordenado.

Después Moctezuma, en actitud servil hacia Cortes, le previno que los caciques preparaban un levantamiento en su contra con el que pretendían matar a todos los españoles, así que les recomendaban retirarse antes de que esto se produjera y que el ordenaría a su gente la construcción de unos navíos para facilitar su retirada.

En España, Juan Rodríguez de Fonseca continuaba intrigando contra Cortes. Instigo a Diego de Velázquez para que organizara una expedición para capturarlo; como jefe de esta se designo a Pánfilo de Narváez. Pero en cuanto este llego a las cercanías de Cempoala, Gonzalo de Sandoval capturo a varios de sus soldados y los condujo ante Cortes, quien les entrego obsequios y los hizo que regresaran ante su jefe con la misión de sobornar a los recién llegados para que se aliaran con el, e incluso trato de que el mismo Narváez abandonara su cometido y se tornara en su favor. Cortes partió para combatir a Narváez personalmente, dejando a varios españoles en México encabezados por Pedro de Alvarado.


Cortes desde Papalotla, Tlaxcala amenazo a Narváez, diciéndole que debía presentarle los documentos originales expedidos por Carlos V en los cuales le confería a el las tierras, pues en caso contrario iría en su contra, lo tomaría como su prisionero y con ese carácter lo devolvería a España. Al mismo tiempo envió joyas a los capitanes de Narváez para sobornarlos y atraerlos en su favor.
Se produjo el combate y Narváez fue derrotado y tomado prisionero.

Mientras estos sucesos se producían en Cempoala, en México se sublevaron sus moradores; la causa de ello fue que Pedro de Alvarado asesino a numerosos nobles y sacerdotes mexicas que se habían reunido en el Templo Mayor para realizar una ceremonia, y este atentado había provocado ira contra los españoles.

Al enterarse Cortes de los sucesos ocurridos en México regreso rápidamente a México y encontró a la ciudad levantada. De todas partes salían los mexicas y atacaban a los españoles quienes a pesar de las ventajas de su armamento, como espadas, escopetas y arcabuces, no podían vencer a sus oponentes que estaban decididos a darles muerte a todos o a tomarlos prisioneros para sacrificarlos a Huitzilopochtli.

Para pacificar a los mexicas, Cortes decidió llevar a Moctezuma II a la azotea de un edificio, para que desde ese lugar exhortara a su pueblo a dejar de combatir a los españoles quienes con sus escudos lo protegían mientras este arengaba a su pueblo, diciéndoles que los invasores abandonarían la ciudad.
Pero los mexicas ya no lo reconocían como señor y en su lugar habían puesto a Cuitlahuac, cacique de Iztapalapa.

Ante la insistencia pacifista de Moctezuma, Cuauhtémoc se presentó ante este y los españoles que lo protegían, y lo atacó con las frases siguientes…”que dice ese bellaco de Moctezuma mujer de los españoles, que de puro miedo se entregó a ellos y asegurándose el, nos ha puesto en este trabajo, ya no le queremos obedecer porque ya no es nuestro rey y como a vil hombre le hemos de dar el pago y castigo que merece…” y concluyendo con estas palabras le arrojo una piedra que lo hirió en la cabeza bajándolo en sangre. Moctezuma cayó y a los pocos días murió. Aunque otra versión dice que Cortes lo había acuchillado antes. El deceso del señor de México fue el 27 de junio de 1520.
Cortes trato de imponer como señor de México a un noble, primo de Moctezuma, que se encontraba en su poder.

Cortes, ante los ataques constantes de los mexicas, les enviaba mensajes de paz, pero advirtiéndoles que por su rebeldía podía destruir su ciudad. Los mexicas en respuesta amenazaban de muerte a los españoles y sus aliados, a la vez que arrojaban flechas y piedras sobre ellos. Finalmente, Cortes decidió abandonar la ciudad perseguido por los mexicas que hicieron y mataron a varios de sus soldados.